viernes, 29 de enero de 2010

SEXO EN LA TERCERA EDAD

La sexualidad forma parte de nuestras vidas, aparece con el nacimiento y nos acompaña hasta el fin de nuestros días, incluyendo la etapa del adulto mayor, en la que se desarrolla una profunda intimidad, tan tierna y enriquecedora como sólo lo saben quienes la han experimentado.

Contrariamente a lo que muchos pudieran pensar, una buena química sexual funciona muy bien después de los 30, pero también pueden presentarse encuentros sexuales placenteros pasados los 50, cuando se dejaron atrás los apuros, metas, crianza de los hijos, etc.

El deseo sexual, las necesidades afectivas, de atención e intimidad son necesidades naturales y no desaparecen por el hecho de que se tenga más edad, pese a que los prejuicios y creencias pueden estar diciendo que “ya no se está para eso”. Sin embargo, el cuerpo y la mente reclaman contactos sexuales que, a veces, se ocultan dejando de pensar en ellos o invirtiendo todas las energías en otra actividad.

Muchos expertos en el tema coinciden en que la mujer alcanza su clímax de goce sexual, después de los 30 años. Para muchos hombres, esta nueva etapa en la vida de la mujer resulta agradable y les brinda un renovado entusiasmo por su pareja. Por tanto, se puede producir un reencuentro erótico, sin premuras, donde la pareja se dispone también a participar de forma recíproca de caricias, emociones, ternura y goce.

Estudios actuales demuestran que mantener relaciones sexuales hasta avanzada edad no sólo refuerza los lazos afectivos entre el hombre y la mujer, sino que colabora, de manera eficaz, a mantener la propia estima y la confianza en sí mismo(a).

Cualquier duda, llame al servicio de orientación en sexualidad de APROPO: 0800—70626 de lunes a sábado de 8 de la mañana a 8 de la noche. Visite también nuestra página web: www.nosedesexo.com

martes, 19 de enero de 2010

LA IMPOTENCIA SEXUAL

La mayoría de las personas piensan que la disfunción eréctil o dificultad para la erección se origina única y exclusivamente en el órgano sexual masculino, pero la realidad es otra.

Según afirman los especialistas, la impotencia sexual es en realidad un indicador de enfermedades ocultas, específicamente cardiovasculares, como también pueden ser la diabetes, el tabaquismo, etc.
Por esta razón, toda persona que tuviera algún tipo de dificultad en sus relaciones sexuales debería ir en busca de descubrir lo que se oculta detrás de ella, un exhaustivo análisis general podría determinar la verdadera causa del problema.

Todos los varones, sin importar la edad, que presentan dificultades en sus relaciones sexuales se les recomienda ir en busca de un profesional de la salud para saber cuál es su situación y a partir de este diagnóstico seguir un tratamiento, en vez de auto medicarse con determinadas pastillas.

Otras de las causas posibles de la disfunción eréctil se da (incluso con más frecuencia en personas jóvenes) a raíz de problemas psicológicos como estrés, depresión, temor al fracaso, inseguridad, dificultad con la pareja, et, por lo que se recomienda visitar al psicólogo para que este encuentre la solución al problema con un tratamiento adecuado.

Cualquier duda, llame al servicio de orientación en sexualidad de APROPO: 0800—70626 de lunes a sábado de 8 de la mañana a 8 de la noche. Visite también nuestra página web: www.nosedesexo.com

lunes, 11 de enero de 2010

EMBARAZO Y FALTA DE SUEÑO

Se suele asegurar que las embarazadas sentirán muchas ganas de dormir…Pero en algunos casos sucede todo lo contrario y no se logra conciliar el sueño por las noches Con tantos cambios físicos, hormonales y emocionales que se viven durante el embarazo, es normal que el sueño nocturno sea uno de los más afectados.

Estos problemas se deben, por ejemplo, que en el primer trimestre el sueño se puede ver afectado por la ansiedad que genera la noticia del nuevo embarazo, y el estrés al pensar en el gran cambio que se viene para nuestra vida y nuestra relación de pareja.

En el segundo trimestre, las visitas al baño disminuyen y te dejan dormir mejor. Pero mientras la barriga crece, la ansiedad también, y se siguen teniendo motivos para despertarse algunas veces en la noche.
Finalmente, cuando llega el tercer trimestre es cuando más se sufre por no poder dormir. Y no es para menos, pues es cuando más se siente el peso del embarazo. Es difícil acomodarse en la cama y la espalda es la que más padece. Además, tanto el peso como la posición del bebé presionan la vejiga y las visitas al baño se vuelven a hacer frecuentes.

Lo cierto es que algunos alimentos son ideales para ayudarnos a conciliar el sueño, como un vaso de leche tibia con galletas (o cualquier otro carbohidrato). Eso sí, evita tomar agua, para no aumentar las idas al baño. Una buena alternativa es también dormir de costado. Por otro lado, usar más almohadas, colocándolas debajo de tu espalda y de tu abdomen ayudarán mucho, y para dormir de lado, una almohada entre las piernas es la clave.
Sin duda, es bueno relajarse y nada mejor para calmar la ansiedad y el estrés, nada mejor que aprender algunas técnicas de relajación como respiración profunda, meditación, masajes relajantes, ejercicios de estiramiento. Pero no hay que estresarse si no se logra dormir algunas noches. A veces es mejor levantarse a leer un libro, hacer la relación de cosas que se quiere tener lista para cuando nazca el bebé o simplemente a ver televisión o a escuchar música. Esas actividades ayudarán a tranquilizarse y el sueño regresará antes de lo esperado.

Cualquier duda, llame al servicio de orientación en sexualidad de APROPO: 0800—70626 de lunes a viernes de 8 de la mañana a 8 de la noche y sábados de 8 a 5pm. Visite también nuestra página web: www.nosedesexo.com
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jueves, 7 de enero de 2010

LA FRECUENCIA SEXUAL

Si bien el tema es tan subjetivo como variable, profesionales de la sexología intentaron determinar una regla para saber cuál es la cantidad de veces que se considera normal hacer el amor.

Según se dijo, "los hombres se quejan siempre de la cantidad de veces que tienen relaciones. Casi nunca están conformes y siempre sienten que no las practican con la frecuencia debida. Para lo que ellos es poco, para ellas es mucho",

En el caso del sexo no existen los porcentajes ni los números precisos. Se considera normal lo que satisfaga a la pareja. A ambos, no a uno de ellos. Si hacer el amor una vez a la semana mantiene el vínculo intacto, eso es normal, si se mantienen relaciones siete veces por semana o más, eso también será lo normal si satisface a ambos.

Dado que el mayor inconveniente es que hombres y mujeres suelen discrepar en cuanto a la cantidad de encuentros se refiere, lo importante es llegar a un acuerdo. Muchas veces no es fácil que ambos coincidan en el deseo sexual debido al estrés laboral, las ocupaciones o los problemas sexuales disfuncionales pero lo importante es poder hablarlo y que se llegue a un acuerdo antes de que se convierta en un problema

Es tan “malo” exigir sexo, como ceder para complacer a la pareja, lo que vale en estos casos es preguntarse si existe deseo y de qué manera llevarlo a cabo en el momento en que ambos estén predispuestos a ello.

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