miércoles, 28 de septiembre de 2011

CORREGIR ERRORES EN LA CAMA




La vida íntima de cada individuo y cada pareja abarca un mundo muy rico en posibilidades y alternativas, que deben despertarse abriendo los sentidos, la imaginación y la disposición personal. No se trata de poseer un catálogo de posturas y técnicas para aplicar en el momento adecuado.


Hacer el amor no debería presentar grandes complejidades cuando se practica con soltura y entrega. Sin embargo, hay varios errores en los que las parejas suelen incurrir, casi siempre sin darse cuenta, los mismos que atentan de manera directa contra la plenitud de la relación sexual.



El primer gran error se comete justo antes de iniciar el juego sexual: pedir permiso. Preguntarle a la pareja si le apetece hacer el amor seguramente romperá con el encanto del momento y enfriará cualquier deseo. Lo ideal en este caso es buscar otras formas de comunicación menos lingüísticas y más corporales.



Asimismo, “en esta fase preliminar, puede ocurrir que uno de los dos quiera hacer el amor, pero el otro no muestre el mismo entusiasmo. Y aquí viene el segundo error: rendirse fácilmente. La negativa no debe tomarse como definitiva. Tal vez ese “no” inicial sea sólo una invitación para desplegar el juego de la seducción. Buscar nuevas y originales formas de insistir siempre será más efectivo que darse vuelta e irse a dormir”.


La novedad y la originalidad van de la mano del segundo gran error: caer en las rutinas. En el terreno íntimo es necesario innovar y romper los hábitos para descubrir nuevas formas de placer y mantener ardiente la llama de la pareja. Esto se relaciona directamente con el cuidado personal. Por comodidad, cuando se tiene un compañero estable, se descuidan detalles cruciales como el aseo o la ropa interior, pensando que a la pareja no le importará. Gran error: la seducción debe continuar, aunque la relación ya lleve años. Un buen perfume, una lencería sensual o un accesorio inesperado son aliados eternos del buen sexo, también en las relaciones eternas.



“La espontaneidad es un atributo esencial para una óptima relación sexual. Cuando las cosas se fuerzan, simplemente no resultan. Por eso, si líneas arriba decíamos que es positivo buscar nuevas maneras de persuadir a la pareja, también es fundamental no obligarse a tener sexo cuando no se tienen ganas. Si se ha tenido un día agotador, probablemente no existe la mayor disposición para hacer el amor. Y en ese caso hay que ser comprensivos”.



Por otro lado, no estar de humor es más frecuente de lo que se piensa, también en los hombres. Ello no es un pecado ni supone falta de amor o de deseo hacia la pareja. El pecado es hacer el amor sin meterse de lleno en el tema. En estas situaciones, es mucho mejor dormir abrazados o quedarse conversando sobre los acontecimientos de la jornada.



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lunes, 19 de septiembre de 2011

SEXUALMENTE FELICES




La sexualidad es un aspecto vital en la felicidad de una pareja. No sólo se trata de una actividad necesaria y saludable, sino que es un medio por el cual los lazos emocionales entre ambos se fortalecen.



“A veces las mujeres tienden a cargarle toda la responsabilidad al hombre a la hora de hacer el amor, desean que él tome la iniciativa. Sin embargo, los hombres también quieren ser seducidos; por ello lo recomendable es que indistintamente se tomen las riendas en pos de alcanzar el placer”, anotó Trixsi Vargas, Asesora en Sexualidad y Salud Reproductiva de APROPO.



Entre las sugerencias podríamos anotar miles pero comencemos con la clásica cena romántica, en el lugar que ustedes prefieran, que nunca perderá su encanto. Hacer una cena afrodisíaca, poner música, luz suave, vestirse sexy; por ejemplo, los hará sentirse profundamente deseados y amados, lo ideal es procurar hacer esto con frecuencia, al menos una vez al mes. Las parejas también necesitan tiempo para estar solos y disfrutarse mutuamente con total libertad.



Por otro lado, no subestimen el encanto del cine, compren una película erótica y véanla juntos. Hacerlo sin duda, los pondrá a tono. Jueguen cartas, y el que pierda se va quitando una prenda de vestir. El resto puede darse con espontaneidad y se lo dejamos a su imaginación.



Sorpréndanse mientras uno de ustedes se está bañando, y ofrézcanse ayudar a enjabonarse. La sensación del agua tibia cayendo incrementará la tensión entre ambos. Asimismo, podrían intentar estimularse mutuamente sin tocarse, sólo hablándose “al oído” de situaciones eróticas que los dos podrían interpretar en su imaginación, recurriendo a imágenes de algún relato erótico o expresándole una fantasía propia.



También pueden organizar una sesión de masajes con aceites aromáticos. La suavidad de la piel y la relajación los pondrá en el ánimo perfecto para comenzar una noche de amor. ¿Han probado acariciar su espalda con una pluma de ave? Esta escena, recurrente en las películas, se puede convertir en una excitante realidad en su habitación.



Atrévanse a visitar una sex shop (tienda de accesorios sexuales), tal vez encuentren algo que les resulte interesante, y si no, la sola experiencia será divertida y encenderá los ánimos de ambos.



Tengan presente que estas son sólo algunas de tantas sugerencias que se pueden poner en práctica en pos de alcanzar el placer, sin olvidar que ambos deben estar de acuerdo a fin que el goce sea mutuo.



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martes, 6 de septiembre de 2011

EL AMOR ES CUESTIÓN DE DOS




Si queremos vivir un amor constructivo y saludable, debemos empezar por no aceptar una relación desigual, la reciprocidad en el amor, es vital. Hay que dar pero también recibir.



Un párrafo del libro “Los Límites del Amor”, de Walter Riso menciona la confesión de un muchacho quien decía que su novia se creía una reina, que había que atenderla, darle gusto, contemplarla, también contaba el joven que hacer esto al principio le nacía pero se había dado cuenta que ya llevaba mucho tiempo dando, dando sin recibir nada a cambio, “ella no se preocupa por mí, como yo lo hago por ella, necesito alguien que me consienta, que me engría, necesito sentirme querido.. Hasta cuando tenemos sexo, me toca a mí hacerlo, eso ya no es placentero si no extenuante. Tengo una amiga que es lo opuesto, quiero a mi novia pero prefiero empezar una relación de igual a igual con alguien más”, añadió y al leer su confesión no fue difícil darle la razón.



Una relación sana no puede funcionar si es sólo una parte la que está dispuesta a darlo todo por sacarla adelante.



Lo ideal, es que ambos estén dispuestos a ceder, a crecer, a entregarse. No se pide, ni sugiere ser milimétrico en las relaciones, ya que no todos tenemos las mismas necesidades, ni las mismas capacidades, simplemente hay que saber mantener una correspondencia equitativa, que nos haga sentir bien a ambos.



La reciprocidad positiva está estrechamente relacionada con la armonía, con el sentimiento de imparcialidad y justicia.



El amor es entrega, deseo y comunión. El tema requiere y exige esfuerzo, mucha confianza y hasta incondicionalidad.



Todo ello enmarcado en esta retribución igualitaria, yo te doy… y espero de igual forma lo mismo de ti.




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jueves, 1 de septiembre de 2011

SEXO SIN AMOR


¿Es necesario estar enamorada y que él lo esté también para vivir una pasión sin límites?



¿Es malo tener sexo sin amor?, ¿está bien? Al respecto, hay quienes lo viven sin problemas y otros que no lo aceptan. Lo cierto es que puede suceder que no siempre amamos a quien deseamos, ni deseamos a quien amamos.



Pero, ¿acaso no se puede disfrutar de la sexualidad sin que haya un compromiso de por medio? Las opiniones son diferentes y muchas, pero la opción y la decisión de ponerlo o no en práctica, sólo deber ser tuya.



Abandonar el miedo y dejarse conducir por los territorios inexplorados del erotismo, propio y ajeno, es posible tanto entre un matrimonio, una pareja formal como entre un hombre y una mujer que se acaban de conocer. Simplemente es: “tomarse vacaciones de la realidad y dar lugar a las fantasías”.



Cuando se produce un encuentro con un desconocido lo previsible queda absolutamente de lado, nada sabemos de ese otro: sólo que nos resulta atractivo(a) y nos provoca ese "extraño cosquilleo".



“Ciertamente el sexo sin amor de por medio, les resulta a muchos de suma utilidad especialmente en momentos en los que por ejemplo no se quiere saber de compromisos. Lo ideal en este caso es no dejarnos marear por ese “extraño cosquilleo”, vivir nuestra sexualidad libremente pero a la vez de manera responsable. Es bueno que ambos tengan claras las cosas desde el comienzo: “sólo placer”, para que no se generen expectativas por ninguna de las partes involucradas.



Muchos pueden separar el sexo del amor, piensan en satisfacer sus propios deseos. Igualmente, hay quienes tienen miedo a las emociones y eluden las situaciones o las relaciones que pueden hacerla sentir víctimas de la necesidad de poseer o ser poseídos.



Otros por el contrario, en especial las mujeres, declaran que necesitan afecto y conexión emocional, y consideran el sexo ocasional además de peligroso nada divertido.



“Finalmente, la decisión de tener sexo sin amor es de cada uno. Es nuestro derecho de buscar placer, sin olvidar que al ponerla en práctica no podemos dañar a nadie. Lo ideal es vivir nuestra sexualidad de manera responsable.



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