LOS CELOS

Se presentan como indefensos pero cada día se hacen más peligrosos y dañinos, al final hacen sufrir a la pareja y en la mayoría de los casos pone punto final al amor.
En un principio la manipulación provocada por los celos puede ser algo muy sutil, apenas perceptible y además, nosotros caeremos en ella con agrado ya que no somos conscientes de lo que está ocurriendo, no le podemos dar la importancia debida cuando esta forma sutil no causa efecto, luego el celoso o celosa acude a un nivel superior en el que entra en juego el chantaje emocional: aquí aparecen la crítica, la culpa, la vergüenza..., con tal de que el otro haga lo que él o ella quiere. En un nivel más elevado aparecerá la agresión física, será la manipulación llevada al extremo y es cuando pasamos a un problema de celos patológicos.

Los celos no tendrían mayor problema en la relación de pareja, si no pasarán de pequeños comentarios, recriminaciones o conductas a evitar. El problema es que pocas veces están controlados y en muchos casos el celoso pasa a la acción cuando las cosas no son como él o ella desea. Las pequeñas recriminaciones pasan a ser exigencias, gritos, peleas, golpes...

El problema de los celos es uno de los más frecuentes, sobre todo en las parejas adolescentes y jóvenes, pero no de manera exclusiva en ellos. Tiene que ver sobre todo con la autoestima de la persona que cede a estos sentimientos, que en realidad tiende a ser baja.
Recordemos la frase "En los celos más que amor hay amor propio" y es verdad. La naturaleza insegura de los celosos hace que se consideren incapaces de conservar una persona a su lado sólo con su propio atractivo y personalidad. De manera que tienen que ejercer algún tipo de control sobre la otra persona para evitar que los traicione o deje de amarlos. Este tipo de posesión y de control hace que la relación se desgaste hasta un punto sin retorno. Muchas veces los celos son la causa de que los celosos sean abandonados

Algunas características de los celosos:

Ø Baja autoestima, aunque pueda parecer lo contrario.
Ø Dificultad para valorarse a sí mismos.
Ø Pérdidas afectivas en la infancia ocasionadas por padres muy exigentes poco valorativos de

las virtudes de sus hijos y muy críticos.
Ø Patrones afectivos mal aprendidos o modelos poco útiles para seguir.
Ø Dificultades de comunicación y de empatía, ponerse en el lugar del otro.
Ø Problemas emocionales (obsesiones, estrés, depresión...)
Inseguridad y miedo a perder algo que no están seguros que puedan mantener por sí mismos.

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LA FRECUENCIA NORMAL EN EL SEXO

Sexólogos coinciden en que los hombres siempre están disconformes con las frecuencias de las relaciones sexuales con su pareja, mientras que para ellas suele ser casi siempre mucho.
Si bien el tema es tan subjetivo como variable, profesionales de la sexología intentaron determinar una regla para saber cuál es la cantidad de veces que se considera normal hacer el amor.

Según se dijo, "los hombres se quejan siempre de la cantidad de veces que tienen relaciones. Casi nunca están conformes y siempre sienten que no las practican con la frecuencia debida. Para lo que ellos es poco, para ellas es mucho", Profesionales coinciden en que es muy complejo, y hasta imposible definir qué significa normalidad, ya que dependiendo de las costumbres, civilización y cultura la frecuencia sexual varía.

"En el caso del sexo no existen los porcentajes ni los números precisos. Se considera normal lo que satisfaga a la pareja. A ambos, no a uno de ellos", aseguró la profesional, que destacó que "si hacer el amor una vez a la semana mantiene el vínculo intacto, eso es normal, si se mantienen relaciones siete veces por semana o más, eso también será lo normal si satisface a ambos".

Dado que el mayor inconveniente es que hombres y mujeres suelen discrepar en cuanto a la cantidad de encuentros se refiere, lo importante es llegar a un acuerdo. "Muchas veces no es fácil que ambos coincidan en el deseo sexual debido al estrés laboral, las ocupaciones o los problemas sexuales disfuncionales pero lo importante es poder hablarlo y que se llegue a un acuerdo antes de que se convierta en un problema”, Es tan “malo” exigir sexo, como ceder para complacer a la pareja, “lo que vale en estos casos es preguntarse si existe deseo y de qué manera llevarlo a cabo en el momento en que ambos estén predispuestos a ello”.

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ESOS MOLESTOSOS FIBROMAS

Los Fibromas también conocidos como miomas, son tumores benignos del útero que pueden o no causar molestias. Los síntomas más comunes son sangrados abundantes y el dolor, pero también pueden causar infertilidad.
No hay causa conocida para los miomas uterinos. Sin embargo, los especialistas piensan que factores genéticos, hormonales y ambientales pueden contribuir a su crecimiento. Sin embargo, el crecimiento de los miomas uterinos parece depender de la hormona estrógeno, por tanto mientras que - la mujer que presente estas tumoraciones y siga menstruando. Los fibromas son tumores formados por tejido muscular uterino que puede acumularse en diferentes áreas del útero, no solo dentro de la cavidad. Puede ser adentro, afuera, en la pared del útero y hasta aumentar de tamaño y en algunos casos llegar al conducto vaginal. Los síntomas de esta enfermedad se agudizan con la menstruación e incluyen dolor en las relaciones sexuales, inflamación del abdomen y abortos espontáneos. En cuanto a las consecuencias, dependerá del tamaño y de la ubicación para ocasionar malestar (por ejemplo, un fibroma grande puede ocasionar compresión de la vejiga y causar síntomas que se confundan con problemas de vías urinarias, o bien, presionar el intestino y provocar estreñimiento o sensación de llenura) o un cuadro de infertilidad o esterilidad.
Síntomas más frecuentes:
• Períodos menstruales muy abundantes y prolongados

• Dolor detrás de las piernas

• Dolor o presión en la zona pélvica

• Dolor durante el acto sexual

• Presión en la vejiga que provoca una necesidad constante de orinar, incontinencia o la incapacidad para vaciar la vejiga.

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DIALOGOS CON NUESTROS HIJOS DE SEXO

Muchos padres se preguntan, desde cuándo es conveniente hablar de sexo con sus hijos, y lo cierto, es que es conveniente hablar de este tema desde el momento en que él empiece a conocer su cuerpo. Más tarde o más temprano tu hijo empezará a hacer preguntas al respecto. Algunos padres más modernos creen que cuando llegue el momento la discusión sobre el tema será fácil, que todo será una cuestión de ponerse a hablar.

Todo parece muy fácil, pero cuando llegue la hora de la charla, seguramente en la mayoría de los casos, parecerá más complicado, tratándose de niños. ¿Si existe algún truco? Pues sí. El truco estar en mantenerse firme, jamás inventar o mentir, no evadirse de la pregunta, y no contestar más de lo que tu hijo pregunte. Lo ideal es hablarle de sexo en cuentagotas, es decir, a la medida de su curiosidad según la edad que tenga.

Es conveniente hablar de sexo con tu hijo desde el momento en que él empiece a conocer su cuerpo y a nombrarlo. Para los niños es muy importante que cada parte de su cuerpo tenga un nombre y no un "apodo". Si se habla de cabeza es cabeza, de mano es mano, de pene es pene, de nalga es nalga y así siempre. Evita darles otros nombres para que el niño no se sienta confundido. Otra ventaja de charlar con los hijos sobre sexo es aumentar la intimidad y la afectividad entre ambos, abrir caminos para que se pueda discutir en casa sobre todo y dar al niño la seguridad de que piense que "voy a preguntar a papá y a mamá porque ellos siempre me contestan".

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