La dificultad para encontrar pareja, las separaciones, la soledad, las nuevas formas de convivencia, los vínculos “cama afuera”, las relaciones sexuales fortuitas, son temas bastante recurrentes. ¿Cuáles son ahora las principales características de los vínculos amorosos? El clásico “hasta que la muerte nos separe” del matrimonio está cediendo paso al “sigamos juntos mientras estemos bien”.
Si bien es cierto que no podemos predecir que estaremos con una pareja durante toda nuestra vida, tampoco podemos iniciar una relación negándonos la posibilidad de aprender a aceptar y amar a la otra persona tal y como es; pues si pensamos que estaremos con alguien solo para “pasar el rato” o “llenar ese vacío” estamos condenando esa relación al fracaso pues justamente el amor se hace fuerte con los compromisos y las ganas de crecer con el otro. Es como si deseáramos leer un aviso en el que nos prometan ‘satisfacción garantizada e inmediata, o le devolvemos su dinero / su soltería’”.
Una relación no debe ser una trampa en la que no hay amor y de la cual sólo se puede salir a través de la muerte o de la infidelidad. Pero tampoco debería ser una simple estación de paso, en la cual no se hace un intento de construir nada. Vivimos el amor en tiempos del delivery, pretendemos que lo traigan calientito en una cajita, horneado, a punto, y que no haya que tomarse el trabajo de buscar los ingredientes, amasarlos y tener la paciencia de esperar el tiempo de cocción. El amor es una construcción que lleva tiempo, no se puede decir cuánto. Pero si a la primera frustración del deseo inicial decimos ‘Chau, fuiste’, a la larga nunca vamos a estar con nadie aunque estemos en sucesivas relaciones fugaces.
Otro tema, que si contribuye a que hoy en día las relaciones de pareja en sean fugaces, es el deseo tanto de hombres y mujeres por alcanzar el desarrollo personal y profesional pues saben que el mundo es más competitivo cada día, lo que hace que opten por su carrera y posterguen el matrimonio. Además está la verdadera búsqueda de la felicidad. Atrás quedaron aquellas relaciones unidas por años, en base a soportarse el uno al otro, la gente ahora quiere ser feliz, “el que dirán”, quedó de lado, y no importa si tenga que intentarlo una o diez veces, la meta es alcanzar la verdadera felicidad. Por eso, que la convivencia ha tomado también mucha fuerza, pues la idea es, ver qué pasa. Los tiempos cambiaron pero el amor sigue siendo el mismo.
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