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Los afrodisíacos, son sustancias, generalmente comestibles, que se supone aumentan el deseo o la potencia sexual. El término Afrodisíaco proviene de Afrodita. Según la mitología griega, Afrodita es la diosa del amor, de la belleza y cuyos poderes son: proteger a los esposos, fecundar a los hogares y estar presente en los partos. También simboliza la pasión desencadenada que destruye las uniones formales e incita a los mortales a toda clase de pasiones y vicios.
Se ha atribuido propiedades afrodisíacas a infinidad de sustancias y productos, desde fragancias y especias; hasta alimentos o partes de animales que por su forma ó exotismo suelen estimular los sentidos (olfato, vista, oído, gusto y tacto). Según la ciencia, un afrodisíaco es una sustancia que provoca el aumento del deseo sexual. Pero en verdad, la mente (la fantasía) es el mejor afrodisíaco.
Sin embargo, muchas veces el estrés y la falta de ejercicio pueden perjudicar el deseo sexual y las relaciones sexuales. El verdadero secreto está en nosotros mismos, en la confianza que tengamos de nuestros sentimientos, deseos, fantasías; y en la libertad que tengamos para poder expresarlos a la pareja. Estos son los más eficaces afrodisíacos. La imaginación y el deseo de descubrir nuevas sensaciones, son los elementos claves para avivar el placer y erotismo.
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