Al recordar
los comentarios de mis amigas sobre sus parejas al momento de un encuentro
sexual recuerdo “¿Siempre piensa que en la cama vamos a solucionar todo? ¿Me
molesta no tomar la iniciativa, aunque quiera hacerlo? ¿No puede verme
atractiva que al toque se arroje hacia mí?” Yo sólo quisiera escuchar un: “¡Qué
linda estás!” “Un vamos a conversar y arreglar todo” “Unos besos previos” “Unas
caricias al culminar nuestros encuentros”, etc.
Estas son algunas de las frases que recuerdo en este instante y todas parten de no reconocer ni aceptar que tanto hombres como mujeres somos diferentes, y la intimidad no es la excepción. El secreto está en reconocer que somos distintos y de encontrar el punto medio entre ambos.
El varón si bien logra excitarse con facilidad ante cualquier estímulo visual o sexual, la mujer no lo hace tan fácilmente. El varón y la mujer tienen aprendizajes sociales distintos, pero en el caso del varón, se espera audacia y que expresen su deseo con libertad. Mientras que en las mujeres se espera el recato y control en sus deseos tal como les enseñaron.
Es por eso que en la relación de pareja, la comunicación y la confianza son importantes para que ambos puedan libremente expresar lo que les gusta o no, sus fantasías y temores dejando de lado presiones y prejuicios sociales, entre otros y así poder construir una relación saludable y placentera, de lo contrario las excusas para evitar la intimidad se van a presentar con frecuencia.
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