jueves, 31 de mayo de 2012

DIFERENCIAS EN LA INTIMIDAD

Al recordar los comentarios de mis amigas sobre sus parejas al momento de un encuentro sexual recuerdo “¿Siempre piensa que en la cama vamos a solucionar todo? ¿Me molesta no tomar la iniciativa, aunque quiera hacerlo? ¿No puede verme atractiva que al toque se arroje hacia mí?” Yo sólo quisiera escuchar un: “¡Qué linda estás!” “Un vamos a conversar y arreglar todo” “Unos besos previos” “Unas caricias al culminar nuestros encuentros”, etc.


Estas son algunas de las frases que recuerdo en este instante y todas parten de no reconocer ni aceptar que tanto hombres como mujeres somos diferentes, y la intimidad no es la excepción. El secreto está en reconocer que somos distintos y de encontrar el punto medio entre ambos.

El varón si bien logra excitarse con facilidad ante cualquier estímulo visual o sexual, la mujer no lo hace tan fácilmente. El varón y la mujer tienen aprendizajes sociales distintos, pero en el caso del varón, se espera audacia y que expresen su deseo con libertad. Mientras que en las mujeres se espera el recato y control en sus deseos tal como les enseñaron.

Es por eso que en la relación de pareja, la comunicación y la confianza son importantes para que ambos puedan libremente expresar lo que les gusta o no, sus fantasías y temores dejando de lado presiones y prejuicios sociales, entre otros y así poder construir una relación saludable y placentera, de lo contrario las excusas para evitar la intimidad se van a presentar con frecuencia.

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miércoles, 23 de mayo de 2012

AMIGOS CON DERECHOS


Amigos con derechos, cariñosos, y ahora llamados amigos exclusivos o vip, son algunos de los nombres con que se conoce a este tipo de relaciones y que seguramente has escuchado en alguna oportunidad o eres parte de una ¿Pero quiénes son estos amigos cariñosos? Pues son aquellos con quienes se tiene una compañía, un cariño, algunos besos o sexo, pero que no necesariamente se les quiere como “pareja estable”.


La decisión de una relación de este tipo es muy personal, pero no siempre los dos tienen las cosas claras, y es en este punto donde empiezan los problemas.“Cada vez más hombres y mujeres son accesibles al hecho de tener placer netamente físico, dejarse llevar por la atracción sin mayores tapujos y ver el sexo sin tanto romanticismo,” agrega Anthony Timoteo,
especialista en salud sexual y reproductiva de APROPO.

Sin embargo, las dificultades se presentan cuando uno de ellos se enamora yespera algo más empezando con mensajes, llamadas, correos electrónicos, etc. Cuando esto no llega, comienzan los celos, las frustraciones y las decepciones.
 
Sobre el tema, Anthony Timoteo menciona que "el mayor beneficio aparente de una relación así es la disponibilidad de tener sexo sin presiones, siendo lo más resaltante que ambas personas son honestas en el proceso, no se engañan y tienen claras las cosas, es decir, que sólo están juntos para eso. Muchas personas optan por este tipo de relaciones ante el temor al fracaso, a la decepción, al temor de perder su libertad, o porque tuvieron una mala relación anterior.”

"Separar el sexo de las emociones puede ser algo verdaderamente difícil en muchos casos y para muchas personas, pero si se quiere tener un amigo con beneficios o “con derechos, eso es precisamente lo que se debe hacer", finaliza.

Lo cierto es que cada vez más personas están dispuestas a tener este tipo de relaciones sin que exista de por medio un compromiso y un vínculo emocional que los pueda comprometer como pareja, y por lo tanto demande derechos y responsabilidades.

Anthony Timoteo

Especialista en salud sexual y reproductiva de APROPO


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jueves, 3 de mayo de 2012

CORREGIR ERRORES EN LA CAMA

La vida íntima de cada individuo y cada pareja abarca un mundo muy rico en posibilidades y alternativas, que deben despertarse abriendo los sentidos, la imaginación y la disposición personal. No se trata de poseer un catálogo de posturas y técnicas para aplicar en el momento adecuado.
Hacer el amor no debería presentar grandes complejidades cuando se practica con soltura y entrega. Sin embargo, hay varios errores en los que las parejas suelen incurrir, casi siempre sin darse cuenta, los mismos que atentan de manera directa contra la  plenitud de la relación sexual.

El primer gran error se comete justo antes de iniciar el juego sexual: pedir permiso. Preguntarle a la pareja si le apetece hacer el amor seguramente romperá con el encanto del momento y enfriará cualquier deseo. Lo ideal en este caso es buscar otras formas de comunicación menos lingüísticas y más corporales.

Asimismo, “en esta fase preliminar, puede ocurrir que uno de los dos quiera hacer el amor, pero el otro no muestre el mismo entusiasmo. Y aquí viene el segundo error: rendirse fácilmente. La negativa no debe tomarse como definitiva. Tal vez ese “no” inicial sea sólo una invitación para desplegar el juego de la seducción. Buscar nuevas y originales formas de insistir siempre será más efectivo que darse vuelta e irse a dormir”.
La novedad y la originalidad van de la mano del segundo gran error: caer en las rutinas. En el terreno íntimo es necesario innovar y romper los hábitos para descubrir nuevas formas de placer y mantener ardiente la llama de la pareja. Esto se relaciona directamente con el cuidado personal. Por comodidad, cuando se tiene un compañero estable, se descuidan detalles cruciales como el aseo o la ropa interior, pensando que a la pareja no le importará. Gran error: la seducción debe continuar, aunque la relación ya lleve años. Un buen perfume, una lencería sensual o un accesorio inesperado son aliados eternos del buen sexo, también en las relaciones eternas.

“La espontaneidad es un atributo esencial para una óptima relación sexual. Cuando las cosas se fuerzan, simplemente no resultan. Por eso, si líneas arriba decíamos que es positivo buscar nuevas maneras de persuadir a la pareja, también es fundamental no obligarse a tener sexo cuando no se tienen ganas. Si se ha tenido un día agotador, probablemente no existe la mayor disposición para hacer el amor.  Y en ese caso hay que ser comprensivos”.

Por otro lado, no estar de humor es más frecuente de lo que se piensa, también en los hombres. Ello no es un pecado ni supone falta de amor o de deseo hacia la pareja. El pecado es hacer el amor sin meterse de lleno en el tema. En estas situaciones, es mucho mejor dormir abrazados o quedarse conversando sobre los acontecimientos de la jornada.

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