Resulta difícil imaginar incluso a nuestros propios padres – y menos a nuestros abuelos- interpretando escenas pasionales. La censura de la sociedad, unida al desconocimiento sobre el tema, son factores que los limita a ejercer abiertamente su derecho a la sexualidad como una forma de comunicación que evita la soledad y que constituye un poderoso refuerzo piscológico en su vida.
Esta actitud casi generalizada es errónea, pues niega el principio básico que la sexualidad es inherente al ser humano, quien la vive desde su nacimiento hasta su muerte. Es preciso aceptar que hombres y mujeres mayores son capaces de amar y de llevar una vida sexual activa, la cual merece el respeto de sus respectivas familias y de la sociedad que los rodea.
Los romances de parejas mayores nos han emocionado, nos han enternecido y nos han hecho vibrar cuando las hemos visto en el cine, en el teatro o cuando hemos leído sobre ellos en alguna novela. En tales casos sí aceptamos este tipo de relación como algo natural hasta hermoso. Sabiendo que la ficción se inspira en la realidad, es claro que los hombres y mujeres mayores de 60 años pueden sentir deseo y pasión y que la vida sexual tiene un papel importante para su salud física y mental, determinando una mejor calidad de vida para ellos.
Puede que la frecuencia disminuya, pero la calidad de la relación es la mejor, es cierto que el cuerpo no responde como antes pero el deseo existe.
Podríamos concluir en que sí hay sexo a edades avanzadas, porque la sexualidad nos acompaña desde nuestro nacimiento hasta la muerte.
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