El “Punto G”
de las mujeres pareciera ser el misterio mejor guardado de la sexualidad
humana. Muchos se preguntan dónde está, y darían lo que fuera por descubrir ese
secreto para lograr un orgasmo en las
mujeres. Pero la verdad, es que en el mundo científico todavía se debate si el “Punto
G” realmente existe.
¿Te has
preguntado alguna vez de dónde viene el nombre del “Punto G”? Viene de
“Gräfenberg”, ginecólogo alemán quien
desde 1950 fue el primero en hablar de una posible zona erógena en el interior
de la vagina de la mujer.
La teoría
sobre el “Punto G”, que se hizo conocida en la década de los 80, dice que en la
pared delantera de la vagina hay un “punto” o zona erógena que causa una mayor
excitación sexual y que puede provocar un orgasmo vaginal, diferente pero tan
placentero como el orgasmo que se obtiene por medio del clítoris.
Pero la
verdad es que durante muchos años no se encontró nada que permitiera decir
exactamente, y con pruebas científicas, “éste es el Punto G y se encuentra en
tal lugar”. ¡Nada! Por ese motivo muchos urólogos y científicos se mantuvieron
escépticos con la idea del “Punto G”, y alegaban principalmente que los
estudios en los que se había basado la teoría eran puramente anecdóticos, es
decir, que se basaban en lo que las mujeres decían, pero que no podían
comprobarlo físicamente.
Sin
embargo, el debate sobre el “Punto G” se volvió a despertar en el 2008 tras los
resultados de un estudio de la Universidad de L’Aquila en Italia. Los científicos
que lo realizaron dicen haber encontrado la primera prueba científica de su
existencia.
Según esos
resultados, el “Punto G” sí existe, pero
no todas las mujeres lo tienen mientras estas teorías se confirman, no
es aconsejable dejar que el placer en tu vida sexual dependa de encontrar el
famoso “Punto G”, olvidando las demás zonas erógenas de la mujer. Así que con o
sin el “Punto G”, el sexo puede seguir siendo muy satisfactorio y placentero.
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