La educación sexual es un proceso, de toda una vida. Siempre hay tiempo de orientar e intervenir para que el niño, adolescente y joven vaya mejorando su concepto, su conocimiento y su vivencia sobre la sexualidad. Como tantas otras tareas, esta es una de las más difíciles para muchos padres, al sentir que no están preparados para hablar del tema. Normalmente, se estimula el desarrollo del niño, y se está muy pendiente de su evolución cuanto al comer solos, a caminar, a que tengan buenos hábitos, etc., pero se olvidan de enseñarle a sus hijos a reconocer su cuerpo, a nombrar a sus genitales por su nombre correcto y evitar nombres sustitutos, a respetar su privacidad, a enseñarle que ninguna persona lo puede tocar.
Existe todavía demasiado cuidado, temor y en muchos casos un cierto tabú en hablar del tema. Los padres están siempre lanzando elogios al cabello, a los ojos, del niño, pero no hablan de sus órganos sexuales, del cuidado e higiene. Dependiendo de la actitud de los padres, los niños aprenden si el sexo es bueno o malo, correcto o incorrecto. Los padres son un modelo con sus actitudes, hablen o no del tema. Que el niño no pregunte no significa que no quiera saber.
Los padres deben tener claro el tipo de educación que desean dar a sus hijos y contribuir en ella no dejando la responsabilidad solo a la escuela. Deben considerar que hoy día los niños están muy expuestos a todo tipo de información sobre sexualidad. En razón de eso, es necesario estar atentos a la información a la que están expuestos sus hijos, quienes son sus amigos, con quienes conversan, de esta manera evitamos situaciones de abuso sexual. La educación sexual es positiva, pues permite a las personas adoptar una actitud responsable y sana respecto a la sexualidad.
Cualquier duda, llame al servicio de orientación en sexualidad de APROPO: 0800—70626 de lunes a sábado de 8 de la mañana a 8 de la noche. Visite también nuestra página web: www.nosedesexo.com
Existe todavía demasiado cuidado, temor y en muchos casos un cierto tabú en hablar del tema. Los padres están siempre lanzando elogios al cabello, a los ojos, del niño, pero no hablan de sus órganos sexuales, del cuidado e higiene. Dependiendo de la actitud de los padres, los niños aprenden si el sexo es bueno o malo, correcto o incorrecto. Los padres son un modelo con sus actitudes, hablen o no del tema. Que el niño no pregunte no significa que no quiera saber.
Los padres deben tener claro el tipo de educación que desean dar a sus hijos y contribuir en ella no dejando la responsabilidad solo a la escuela. Deben considerar que hoy día los niños están muy expuestos a todo tipo de información sobre sexualidad. En razón de eso, es necesario estar atentos a la información a la que están expuestos sus hijos, quienes son sus amigos, con quienes conversan, de esta manera evitamos situaciones de abuso sexual. La educación sexual es positiva, pues permite a las personas adoptar una actitud responsable y sana respecto a la sexualidad.
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