La sexualidad forma parte de nuestras vidas, aparece con el nacimiento y nos acompaña hasta el fin de nuestros días, incluyendo la etapa del adulto mayor, en la que se desarrolla una profunda intimidad, tan tierna y enriquecedora como sólo lo saben quienes la han experimentado.
Contrariamente a lo que muchos pudieran pensar, una buena química sexual funciona muy bien después de los 30, pero también pueden presentarse encuentros sexuales placenteros pasados los 50, cuando se dejaron atrás los apuros, metas, crianza de los hijos, etc.
El deseo sexual, las necesidades afectivas, de atención e intimidad son necesidades naturales y no desaparecen por el hecho de que se tenga más edad, pese a que los prejuicios y creencias pueden estar diciendo que “ya no se está para eso”. Sin embargo, el cuerpo y la mente reclaman contactos sexuales que, a veces, se ocultan dejando de pensar en ellos o invirtiendo todas las energías en otra actividad.
Muchos expertos en el tema coinciden en que la mujer alcanza su clímax de goce sexual, después de los 30 años. Para muchos hombres, esta nueva etapa en la vida de la mujer resulta agradable y les brinda un renovado entusiasmo por su pareja. Por tanto, se puede producir un reencuentro erótico, sin premuras, donde la pareja se dispone también a participar de forma recíproca de caricias, emociones, ternura y goce.
Estudios actuales demuestran que mantener relaciones sexuales hasta avanzada edad no sólo refuerza los lazos afectivos entre el hombre y la mujer, sino que colabora, de manera eficaz, a mantener la propia estima y la confianza en sí mismo(a).
Cualquier duda, llame al servicio de orientación en sexualidad de APROPO: 0800—70626 de lunes a sábado de 8 de la mañana a 8 de la noche. Visite también nuestra página web: www.nosedesexo.com
Contrariamente a lo que muchos pudieran pensar, una buena química sexual funciona muy bien después de los 30, pero también pueden presentarse encuentros sexuales placenteros pasados los 50, cuando se dejaron atrás los apuros, metas, crianza de los hijos, etc.
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Estudios actuales demuestran que mantener relaciones sexuales hasta avanzada edad no sólo refuerza los lazos afectivos entre el hombre y la mujer, sino que colabora, de manera eficaz, a mantener la propia estima y la confianza en sí mismo(a).
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