miércoles, 24 de noviembre de 2010

EL AMOR EN TIEMPOS DEL DELIVERY

La dificultad para encontrar pareja, las separaciones, la soledad, las nuevas formas de convivencia, los vínculos “cama afuera”, las relaciones sexuales fortuitas, son temas bastante recurrentes. ¿Cuáles son ahora las principales características de los vínculos amorosos? El clásico “hasta que la muerte nos separe” del matrimonio está cediendo paso al “sigamos juntos mientras estemos bien”.

Si bien es cierto que no podemos predecir que estaremos con una pareja durante toda nuestra vida, tampoco podemos iniciar una relación negándonos la posibilidad de aprender a aceptar y amar a la otra persona tal y como es; pues si pensamos que estaremos con alguien solo para “pasar el rato” o “llenar ese vacío” estamos condenando esa relación al fracaso pues justamente el amor se hace fuerte con los compromisos y las ganas de crecer con el otro. Es como si deseáramos leer un aviso en el que nos prometan ‘satisfacción garantizada e inmediata, o le devolvemos su dinero / su soltería’”.

Una relación no debe ser una trampa en la que no hay amor y de la cual sólo se puede salir a través de la muerte o de la infidelidad. Pero tampoco debería ser una simple estación de paso, en la cual no se hace un intento de construir nada. Vivimos el amor en tiempos del delivery, pretendemos que lo traigan calientito en una cajita, horneado, a punto, y que no haya que tomarse el trabajo de buscar los ingredientes, amasarlos y tener la paciencia de esperar el tiempo de cocción. El amor es una construcción que lleva tiempo, no se puede decir cuánto. Pero si a la primera frustración del deseo inicial decimos ‘Chau, fuiste’, a la larga nunca vamos a estar con nadie aunque estemos en sucesivas relaciones fugaces.

Otro tema, que si contribuye a que hoy en día las relaciones de pareja en sean fugaces, es el deseo tanto de hombres y mujeres por alcanzar el desarrollo personal y profesional pues saben que el mundo es más competitivo cada día, lo que hace que opten por su carrera y posterguen el matrimonio. Además está la verdadera búsqueda de la felicidad. Atrás quedaron aquellas relaciones unidas por años, en base a soportarse el uno al otro, la gente ahora quiere ser feliz, “el que dirán”, quedó de lado, y no importa si tenga que intentarlo una o diez veces, la meta es alcanzar la verdadera felicidad. Por eso, que la convivencia ha tomado también mucha fuerza, pues la idea es, ver qué pasa. Los tiempos cambiaron pero el amor sigue siendo el mismo.

Para consultas llame al Servicio de Orientación en Sexualidad de APROPO: 0800—70626 de lunes a sábado de 8 de la mañana a 8 de la noche. Visite también nuestra página web: www.nosedesexo.com


miércoles, 17 de noviembre de 2010

LA FALTA DE ERECCION


Se caracteriza por la incapacidad de conseguir o mantener una erección suficiente como para lograr la penetración, la eyaculación o ambos. Las causas psicológicas suelen ser las más frecuentes en la aparición y/o mantenimiento de los problemas de erección: falta de interés sexual, estrés, ansiedad, depresión, cansancio físico, vergüenza, etc. Aunque suele ser la ansiedad la principal responsable al impedir la relajación necesaria para que se produzca la erección. Muchas veces el miedo anticipatorio (“que no me pase otra vez”) a que nos pueda pasar, debido a otros encuentros sexuales donde ya ha pasado (no alcanzar una erección ó mantenerla), ya nos está produciendo la suficiente ansiedad para que esta situación se repita.

La mayoría de los hombres ha experimentado algún episodio de impotencia a lo largo de su vida sexual, pero son considerados como normales y no constituyen un problema de erección siempre y cuando sean puntuales. También cabría destacar algunas causas orgánicas como la diabetes, la esclerosis múltiple, la ingesta de algunos medicamentos, el alcoholismo crónico, etc.

Es aconsejable, pues, asegurarnos que nuestro problema no es de origen físico. Algunas “pistas” que pueden servirnos para ello, pueden ser el hecho de poder tener erecciones en momentos distintos al de la relación sexual coital, o tener erección con la pareja habitual y no con la nueva pareja. Para conocer si en efecto se trata de un problema de impotencia y conocer la causa es necesario acudir a consulta con el especialista, de acuerdo a ello se iniciará un tratamiento. Muchas personas se automedican, cuando no hay razón para ello, cuando quizá lo indicado es un tratamiento que lo ayude a controlar la ansiedad y a recuperar la confianza en sí mismo, de allí la importancia de acudir al especialista tan pronto se presente el problema.

En los hombres con problemas de erección no tienen necesariamente alterado el deseo. Al contrario, la mayoría de los hombres con impotencia mantienen un alto nivel de deseo sexual, pero muchos llegan a evitar o evadir la relación sexual por el temor a no poder conseguir la erección, lo que ocasiona problemas de pareja.

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