martes, 24 de febrero de 2009

LA INFIDELIDAD



Perdonar es difícil, tanto que hay ofensas que nunca pueden perdonarse. Una de ellas es la infidelidad, concepto que remite a su antónimo: fidelidad, y ésta a sus practicantes: los fieles.

El valor que las diversas culturas han dado a la fidelidad depende en gran medida de las reglas de uso, de las tradiciones religiosas y familiares de una sociedad determinada. Lamentablemente la vara con la que muchas sociedades miden la infidelidad es implacable para las mujeres y laxa para los hombres.

En la antigüedad, las infieles morían en la hoguera, eran apedreadas, desterradas y se les hacía blanco de insultos, mofas y vejaciones sin cuento. Ahí está María Magdalena como ejemplo. En cambio, no se conoce un solo caso en La Biblia misma que hable de un adúltero, porque, aunque existen leyes que imponen penas, la realidad es que hay una tolerancia social convenida para ellos.

Es más, existen sociedades que ni siquiera consideran incluir en sus códigos la infidelidad masculina, y hasta miran con buenos ojos que el varón posea varias esposas o concubinas, pues la poligamia es una práctica no sólo aceptada, sino institucionalizada; su expresión más acabada es el harem del que muchos hombres poderosos del Islam aún gozan.

En nuestra sociedad el adulterio de hombres y mujeres es castigado hasta con cárcel, siempre y cuando se demuestre con pruebas fehacientes la infidelidad, cosa fácil de probar sólo en las películas .Más allá del castigo que el Estado otorgue al infiel, lo importante para la pareja es que el o la ofendida otorgue o niegue el perdón.

Algunas parejas responden que sí, pues finalmente sobrevivieron al descubrimiento de la infidelidad. Pero otras se niegan a otorgar el perdón porque no lograron superar la crisis que supone la infidelidad, debido a que en uno o en otra predominaron los sentimientos de traición, ruptura, pérdida de confianza y desolación.

Muchas veces, a pesar de que la infidelidad pudo ser una "llamada de atención" acerca de que algo funcionaba mal, o una expresión de la falta de habilidades de una y otra parte para desarrollar una buena comunicación, no se ve de manera crítica. Así, sin más se exhibe al o la culpable y, cual condenados por tribunal divino, se les arroja al castigo y se le niega el perdón.

Cualquier duda, llame al servicio de orientación en sexualidad de APROPO: 0800—70626 de lunes a viernes de 8 de la mañana a 8 de la noche y sábados de 8 a 5pm. Visite también nuestra página web: www.nosedesexo.com

martes, 17 de febrero de 2009

SAN VALENTIN Y LA PRUEBA DE AMOR


La práctica de una sexualidad en libertad, basada en el conocimiento y en la responsabilidad Y sobre la presencia de embarazos no planificados en la celebración del Día de San Valentín, “La idea es que las personas entiendan que la celebración del día del amor no significa iniciarse sexualmente con la pareja, cuando aún no se esta preparado para ello, o tener relaciones sexuales con el amigo, o amiga” para estar a tono con la celebración y no quedarse atrás . La sexualidad debe vivirse, sin presiones ni chantajes emocionales y sobretodo de una manera responsable.
Cabe señalar, que cuando se ama de verdad a una persona no se debe presionar a que haga algo sólo para complacernos. La prueba de amor es en realidad un mecanismo dañino, ególatra y mezquino de quién lo utiliza. La realidad concreta del amor se mide con el tiempo y las pruebas que juntos son capaces de superar, no es honesto exigir a la pareja que haga algo, para lo cual no esta preparado o preparada por lindo o hermoso que esto pudiera parecer.

No olvidemos que sólo y únicamente nosotros somos quiénes podemos decidir sobre nuestro cuerpo y cuándo iniciar nuestra vida sexual, pues esta debe darse en el mejor momento y este difiere de una persona a otra. Nuestra experiencia en APROPO nos muestra que son muchos los embarazos no planificados los que resultan a un mes del Día del Amor, muchos como consecuencia de “la prueba del amor”. Analicemos la situación, conversemos con nuestra pareja, padres conversen con sus hijos, planifiquemos y no contribuyamos a aumentar las cifras preocupantes de embarazos no planeados o de Infecciones sexuales incluyendo el VIH. No olvidemos que “Amor y Responsabilidad es una excelente combinación”

Cualquier duda, llame al servicio de orientación en sexualidad de APROPO: 0800—70626 de lunes a viernes de 8 de la mañana a 8 de la noche y sábados de 8 a 5pm. Visite también nuestra página web: www.nosedesexo.com

martes, 10 de febrero de 2009

LA FALTA DE ERECCION


Se caracteriza por la incapacidad de conseguir o mantener una erección suficiente como para lograr la penetración, la eyaculación o ambos. Las causas psicológicas suelen ser las más frecuentes en la aparición y/o mantenimiento de los problemas de erección: falta de interés sexual, estrés, ansiedad, depresión, cansancio físico, vergüenza, etc. Aunque suele ser la ansiedad la principal responsable al impedir la relajación necesaria para que se produzca la erección. Muchas veces el miedo anticipatorio (“que no me pase otra vez”) a que nos pueda pasar, debido a otros encuentros sexuales donde ya ha pasado (no alcanzar una erección ó mantenerla), ya nos está produciendo la suficiente ansiedad para que esta situación se repita.

La mayoría de los hombres ha experimentado algún episodio de impotencia a lo largo de su vida sexual, pero son considerados como normales y no constituyen un problema de erección siempre y cuando sean puntuales. También cabría destacar algunas causas orgánicas como la diabetes, la esclerosis múltiple, la ingesta de algunos medicamentos, el alcoholismo crónico, etc.

Es aconsejable, pues, asegurarnos que nuestro problema no es de origen físico. Algunas “pistas” que pueden servirnos para ello, pueden ser el hecho de poder tener erecciones en momentos distintos al de la relación sexual coital, o tener erección con la pareja habitual y no con la nueva pareja. Para conocer si en efecto se trata de un problema de impotencia y conocer la causa es necesario acudir a consulta con el especialista, de acuerdo a ello se iniciará un tratamiento. Muchas personas se automedican, cuando no hay razón para ello, cuando quizá lo indicado es un tratamiento que lo ayude a controlar la ansiedad y a recuperar la confianza en sí mismo, de allí la importancia de acudir al especialista tan pronto se presente el problema.

En los hombres con problemas de erección no tienen necesariamente alterado el deseo. Al contrario, la mayoría de los hombres con impotencia mantienen un alto nivel de deseo sexual, pero muchos llegan a evitar o evadir la relación sexual por el temor a no poder conseguir la erección, lo que ocasiona problemas de pareja.

Cualquier duda, llame al servicio de orientación de APROPO 0800-70-626 (llamadas gratuitas para provincia) de lunes a sábado. Visite también nuestra página web: www.nosedesexo.com
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jueves, 5 de febrero de 2009

HABLAR DE SEXO EN LA ADOLESCENCIA


Hablar de sexualidad con los hijos siempre es complicado. La mayoría de los padres no sabe cómo acercarse a los jóvenes para conversar de este tema. Y del mismo modo, rara vez los adolescentes toman la iniciativa para charlar con sus progenitores sobre sus dudas y opiniones acerca de estos tópicos.

Sin embargo, es indispensable que padres e hijos mantengan una comunicación fluida con respecto a la sexualidad. Al ser los adultos los encargados de velar por su familia, ellos deberían iniciar las conversaciones, no sólo con el fin de acercarse y conocer más a sus hijos, sino también con el objetivo de educarlos y guiarlos en lo que al desarrollo sexual se refiere.

El problema es que, pese a que estamos en pleno siglo XXI, muchos papás y mamás actúan como si el tema no existiera y ni siquiera se dan por enterados de que sus hijos adolescentes mantienen relaciones íntimas con sus parejas, o bien, quieren empezar a hacerlo. Las estadísticas muestran que el 60% de mujeres, así como el 65% de los varones, están empezando su vida sexual entre los 15 y los 18 años.

Los padres suelen tener la sensación de que sus hijos siguen siendo pequeños a los 15 años. Y si bien es verdad que aún no están emocionalmente maduros, también es cierto que los adolescentes ya no se sienten -ni quieren ser tratados-como niños y desean empezar a vivir nuevas experiencias, incluso en el plano amoroso y afectivo. Por lo mismo, es bueno conversar abiertamente el tema.

Lo más aconsejable es conversar el tema con tranquilidad y sin recriminaciones ni amenazas. Que ante todo, impere el cariño y la comprensión, en vez de la desesperación. Así, sin convertir la charla en motivo de conflicto familiar, hablarles sobre la importancia de cuidarse, con todo lo que la palabra implica: desde la protección emocional -que involucra no resultar dañada (o)-, hasta otro tipo de consecuencias, como un posible embarazo no deseado o el riesgo de adquirir enfermedades de transmisión sexual. En gran parte de los casos, los jóvenes no se detienen a pensar en que algo así podría ocurrirles y es deber de los adultos hacérselos saber y comprender.

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