Los sentimientos no se imponen, surgen de forma espontánea y se fortalecen con el tiempo, lamentablemente a muchos y muchas les cuesta trabajo entenderlo y sobretodo aceptar que no podemos obligar a ninguna persona a querernos. No nos enamoramos necesariamente de quienes “son las y/o los mejores”, de “quién nos conviene más en esos momentos”.
Definitivamente todas las personas tenemos un tipo ideal no solo por su aspecto físico, sino por los atributos morales, éticos, educativos que debe tener esa persona que deseamos como pareja, pero de allí a imponer afectos a quien no nos corresponde es una situación muy distinta.
Sin embargo, aunque sea doloroso, si estamos al lado de alguien que no nos ama y no está dispuesto ni comprometido a seguir con la relación el único camino es la separación. Quizá no sea fácil de aceptar, pero es momento de hacerlo, pues lo único que estamos prolongando es el engaño, la frustración; ya que esa relación solo está funcionando en la mente de quien está esperando un cambio “un amor repentino”
Establecer una relación en estas condiciones, es propio de personas que tienen autoestima baja, personas que no se valoran o que desconocen cuál es la condición mínima para establecer una relación de pareja positiva, saludable donde ambos se amen y se sientan bien y con la motivación suficiente para sacar adelante su relación de pareja.
Hay que tener presente que una relación es de dos y por lo tanto ambos deben amarse con la misma intensidad. Pensar que con el amor de uno es suficiente es un error que suele presentarse de manera frecuente en muchas parejas. La expectativa de que él o ella “aprenderá a amarme con el tiempo” no funciona y lo único que ocasiona a la larga es frustración y violencia que muchasveces se traslada a los hijos.
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