Tanto hombres como mujeres le dan mucha importancia a su frecuencia sexual, es decir, al número de veces en las que tienen relaciones sexuales con su pareja. ¿Mi pareja me quiere?, ¿Sigue viéndome atractivo? ¿Por qué no lo hacemos…es que existe otra persona? Suelen ser las preguntas que se hacen las personas cuando siente que su frecuencia sexual no es satisfecha por su pareja. En sexualidad algunas veces es importante hacer comparaciones porque nos permite construir nuestra propia identidad. Sin embargo, también es cierto que existen “modelos” que pueden confundirnos, y de esta manera afectar la visión que tenemos de nosotros mismos. La verdad, es que cada persona tiene un ritmo que, a veces, no coincide con el de pareja.
En sexualidad no existe una norma que diga que una relación sexual diaria es lo correcto ni que dos a la semana no lo sea; tampoco es que tengas que estar pendiente del tiempo que demoras en llegar al orgasmo. El vivir pendiente de la frecuencia y la duración hace que pierdas la oportunidad de disfrutar plenamente de la relación sexual con tu pareja, y esto no sólo afecta en el plano sexual; sino que puede trasladarse hasta los aspectos más cotidianos, pues la vives con ansiedad y angustia. La frecuencia de la relación sexual la determina cada pareja, de acuerdo a la manera que tiene de pensar y sentir; según sea su ritmo de vida, sus necesidades y creencias. No te compares, encuentra tu propio tiempo y ritmo; convérsalo y compártelo con tu pareja y así disfrutarán plenamente de cada encuentro sexual.
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