La homofobia es la actitud hostil respecto a los homosexuales hombres y mujeres. Pero en algunos casos, es algo más que una actitud hostil: es un rechazo y una repulsión sin razón de ser; es considerar a la mujer o al hombre homosexual como una persona inferior, anormal o, en el peor de los casos, como alguien enfermo.
A diario nos encontramos con personas que demuestran una repulsión o rechazo total hacia los homosexuales. A estos individuos se les denomina homofóbicos. Pero lo más misterioso es que al momento de preguntarles por qué no aceptan, ni toleran a los homosexuales, no tienen la mas mínima idea, simplemente dicen: ‘’no sé, pero no los tolero, no puedo aceptarlos’’.
Es cierto que a nadie se obliga aceptar o tolerar a alguien, cada quien está en su derecho de tolerar o no a los homosexuales. No es necesario, ni se debe tratarlos de una manera compasiva, a la persona homosexual simplemente no hay por qué ofenderla, voltear para otro lado, o quitarle la mano. Ninguna persona por sus inclinaciones sexuales debe de recibir un trato irrespetuoso y mucho menos distinto al que reciben los demás
Finalmente, puede decirse que los insultos, y las agresiones a los homosexuales por parte de algunas personas homofóbicas, en realidad no tienen ningún sentido, es más, lo único que genera es más violencia simbólica de la que ya existe. Simplemente toda la sociedad debe empezar poco a poco a cambiar ese pensamiento un tanto retrogrado que tiene respecto a la homosexualidad. Aprender que así como todos los individuos de una comunidad tienen derechos contemplados en una constitución, los homosexuales también pueden tenerlos, o mejor aun deben de tenerlos, para que por lo menos así se les empiece a tratar como personas: ¡ con respeto!.
Cualquier duda, llame al servicio de orientación de APROPO 0800-70-626 (llamadas gratuitas) todos los días. Visite también nuestra página web: www.nosedesexo.com
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Es cierto que a nadie se obliga aceptar o tolerar a alguien, cada quien está en su derecho de tolerar o no a los homosexuales. No es necesario, ni se debe tratarlos de una manera compasiva, a la persona homosexual simplemente no hay por qué ofenderla, voltear para otro lado, o quitarle la mano. Ninguna persona por sus inclinaciones sexuales debe de recibir un trato irrespetuoso y mucho menos distinto al que reciben los demás
Finalmente, puede decirse que los insultos, y las agresiones a los homosexuales por parte de algunas personas homofóbicas, en realidad no tienen ningún sentido, es más, lo único que genera es más violencia simbólica de la que ya existe. Simplemente toda la sociedad debe empezar poco a poco a cambiar ese pensamiento un tanto retrogrado que tiene respecto a la homosexualidad. Aprender que así como todos los individuos de una comunidad tienen derechos contemplados en una constitución, los homosexuales también pueden tenerlos, o mejor aun deben de tenerlos, para que por lo menos así se les empiece a tratar como personas: ¡ con respeto!.
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